CUENTO
Érase una vez, un niño llamado Moni que vivía en Guinea Bissau (África), en un barrio muy pobre. Su gran sueño era que de mayor quería ser el mejor futbolista del mundo y además, tocar la guitarra igual de bien que su tío. Un día, mientras Moni estaba con su tío tocando la guitarra, oyó unos fuertes ruidos que provenían del cielo: en su pequeño pueblo se había desatado una guerra. Quemaron las casas, destrozaron la naturaleza… Moni no podía estar más triste. Vio como habían destrozado su pueblo y perdió toda esperanza, por ello, su madre le contó que para recuperar la ilusión y la esperanza le contaría una historia: “El cuento de la cabra”.
La cabra estaba un día dando un paseo, cuando se encontró con el lobo. El lobo quería comerla y para que no lo hiciera, la cabra tendría que darle tres razones para que éste no la comiera. La cabra desesperada pensó y pensó sin encontrar respuesta alguna hasta que le dijo al lobo:
*“Si yo hubiese sabido que hubiese un lobo en este camino, no hubiese venido”.
El lobo le dio la razón a la cabra y le dijo que todavía le quedaban dos razones más, así que la comería… pero la cabra le pidió tiempo para pensar hasta que le dijo:
*“Si yo llego a mi casa y encuentro a mi familia, y le digo que me encontré a un lobo y que no me comió, pensarán que estoy loca”.
A lo cual el lobo tuvo que darle de nuevo la razón, pero todavía quedaba una ultima verdad. Y la cabra dijo:
*“En realidad usted, señor lobo, no tiene hambre, porque sino ya me hubiera comido”.
El lobo por tercera y última vez le volvió a dar la razón a la cabra y la dejó ir contenta y feliz cantando una canción... “Si estoy en peligro y tengo problemas, yo no tengo miedo, todo se arregla…”.
Moni se hizo mayor y consiguió la guitarra de su tío. Aprendió muchísimas cosas durante toda su vida, sobretodo que todos juntos somos amigos y hermanos. Y se abrió a comprender la realidad de la cultura que hay más allá del mar, en Europa.
COMPAÑÍA
El espectáculo está organizado por la Asociación Cultural Titirilandia, que realiza programaciones para que durante todo el otoño haya obras para los más pequeños en el Retiro.
Podemos ver la programación en: http://www.esmadrid.com/recursos/doc/es/Siempre/Guia/Ninos/72162313_2992009105624.pdf La compañía que realizó la obra es “La Mar de Marionetas”. Los encargados de que la obra “El niño que soñaba” se llevara a cabo fueron:
Marta: La persona encargada de presentar el espectáculo, contar la historia y mover las marionetas.
Simao Félix: El guitarrista y compositor de todas las canciones de la obra.
*“Si yo hubiese sabido que hubiese un lobo en este camino, no hubiese venido”.
El lobo le dio la razón a la cabra y le dijo que todavía le quedaban dos razones más, así que la comería… pero la cabra le pidió tiempo para pensar hasta que le dijo:
*“Si yo llego a mi casa y encuentro a mi familia, y le digo que me encontré a un lobo y que no me comió, pensarán que estoy loca”.
A lo cual el lobo tuvo que darle de nuevo la razón, pero todavía quedaba una ultima verdad. Y la cabra dijo:
*“En realidad usted, señor lobo, no tiene hambre, porque sino ya me hubiera comido”.
El lobo por tercera y última vez le volvió a dar la razón a la cabra y la dejó ir contenta y feliz cantando una canción... “Si estoy en peligro y tengo problemas, yo no tengo miedo, todo se arregla…”.
Moni se hizo mayor y consiguió la guitarra de su tío. Aprendió muchísimas cosas durante toda su vida, sobretodo que todos juntos somos amigos y hermanos. Y se abrió a comprender la realidad de la cultura que hay más allá del mar, en Europa.
COMPAÑÍA
El espectáculo está organizado por la Asociación Cultural Titirilandia, que realiza programaciones para que durante todo el otoño haya obras para los más pequeños en el Retiro.
Podemos ver la programación en: http://www.esmadrid.com/recursos/doc/es/Siempre/Guia/Ninos/72162313_2992009105624.pdf La compañía que realizó la obra es “La Mar de Marionetas”. Los encargados de que la obra “El niño que soñaba” se llevara a cabo fueron:
Marta: La persona encargada de presentar el espectáculo, contar la historia y mover las marionetas.
Simao Félix: El guitarrista y compositor de todas las canciones de la obra.
Tony: El percusionista.
DESCRIPCIÓN DEL ESPACIO
El lugar donde se representa la obra es en el “Teatro de títeres del parque del Retiro”. Este pequeño teatro se sitúa en el parque del Retiro, entrando por la puerta de la Independencia (puerta de Alcalá), cerca del estanque. Es un teatro al aire libre. Está formado por una caseta fija desde donde se representan las obras y un estrado a cuyos lados se colocan los músicos. Además hay una pequeña grada semicircular de cinco filas donde se sientan los espectadores (como el espacio es reducido, la mayoría de los niños además, pueden sentarse en el estrado o en el suelo bajo las gradas). La entrada es gratuita y el aforo limitado. Es un espectáculo con música en directo, destinado para disfrutar en familia, en las que los niños de todas las edades, se entretienen y se divierten mientras toman contacto con el mundo del teatro.
VALORACIÓN PERSONAL
Fui a ver esta obra el día 8 de noviembre de 2009 junto con otra compañera de clase.
La obra comenzaba a las 12:30, pero nos acercamos por allí un poco antes para coger buen sitio.
Fueron muy puntuales. Marta, la presentadora, presentó a sus compañeros los músicos, y con música de África empezó el espectáculo. Marta, iba sacando títeres a una mesa alargada y con sus propias manos y sin esconderse iba desarrollando la obra.
A lo largo de toda la obra utilizó diversos títeres como: la de un bebé y la de un niño pequeño (Moni), la de una mujer (su madre), la de un hombre más mayor (su tío y a la vez la utilizaron para representar a Moni cuando se hizo mayor), la de la cabra y el lobo.
Además de todos estos personajes principales, también había casas, árboles, piedras, pozos, tablas para lavar, una guitarra, peces, pájaros, estrellas… Todas ellas hechas a mano.
A parte de los títeres, también usó pañuelos a lo largo de la obra. Por ejemplo, cuando se queman las casas del barrio de Moni, Marta utilizó pañuelos rojos y negros para representar el fuego. También al final de la historia cuando Moni está pensando, hay un gran pañuelo con estrellas dibujadas, o cuando está tocando la guitarra hay estirando en la mesa un pañuelo imitando la piel de guepardo, representando el suelo árido.
Durante toda la historia, siempre se oía música. Además, Simao Félix, uno de los músicos, cantaba estribillos repetitivos y pegadizos que hacía que los niños intervinieran. Además, Marta, mientras contaba la historia, a veces se paraba en el final de una frase para que los niños intervinieran y la ayudaran a contarla.
Al final de toda la obra, Marta invitó a los niños para que con la música del cuento bailaran todos juntos.
La historia está ambientada en las aldeas de la sabana africana y cuenta como los cuentos, ayudan a los niños africanos a entender la realidad.
La historia en sí, me pareció interesante y entretenida para los niños. Sin embargo el final… vi a muchos niños con cara de desconcierto. Cuando acabó la obra les vi como si todavía estuvieran esperando a que se representara el final de la historia y qué pasaba con Moni de mayor.
A pesar de ello, creo que todo este tipo de obras en la calle son buenísimas para los niños. Son lugares de fantasía, donde vuela la imaginación y donde todo es posible para ellos. Les enseña a estar en contacto con la cultura y a saber emplear bien el tiempo de ocio en otras cosas que no sea la televisión o los videojuegos.
Además una de las ventajas que tiene es que la entrada es gratuita.
VALORACIÓN PERSONAL
Fui a ver esta obra el día 8 de noviembre de 2009 junto con otra compañera de clase.
La obra comenzaba a las 12:30, pero nos acercamos por allí un poco antes para coger buen sitio.
Fueron muy puntuales. Marta, la presentadora, presentó a sus compañeros los músicos, y con música de África empezó el espectáculo. Marta, iba sacando títeres a una mesa alargada y con sus propias manos y sin esconderse iba desarrollando la obra.
A lo largo de toda la obra utilizó diversos títeres como: la de un bebé y la de un niño pequeño (Moni), la de una mujer (su madre), la de un hombre más mayor (su tío y a la vez la utilizaron para representar a Moni cuando se hizo mayor), la de la cabra y el lobo.
Además de todos estos personajes principales, también había casas, árboles, piedras, pozos, tablas para lavar, una guitarra, peces, pájaros, estrellas… Todas ellas hechas a mano.
A parte de los títeres, también usó pañuelos a lo largo de la obra. Por ejemplo, cuando se queman las casas del barrio de Moni, Marta utilizó pañuelos rojos y negros para representar el fuego. También al final de la historia cuando Moni está pensando, hay un gran pañuelo con estrellas dibujadas, o cuando está tocando la guitarra hay estirando en la mesa un pañuelo imitando la piel de guepardo, representando el suelo árido.
Durante toda la historia, siempre se oía música. Además, Simao Félix, uno de los músicos, cantaba estribillos repetitivos y pegadizos que hacía que los niños intervinieran. Además, Marta, mientras contaba la historia, a veces se paraba en el final de una frase para que los niños intervinieran y la ayudaran a contarla.
Al final de toda la obra, Marta invitó a los niños para que con la música del cuento bailaran todos juntos.
La historia está ambientada en las aldeas de la sabana africana y cuenta como los cuentos, ayudan a los niños africanos a entender la realidad.
La historia en sí, me pareció interesante y entretenida para los niños. Sin embargo el final… vi a muchos niños con cara de desconcierto. Cuando acabó la obra les vi como si todavía estuvieran esperando a que se representara el final de la historia y qué pasaba con Moni de mayor.
A pesar de ello, creo que todo este tipo de obras en la calle son buenísimas para los niños. Son lugares de fantasía, donde vuela la imaginación y donde todo es posible para ellos. Les enseña a estar en contacto con la cultura y a saber emplear bien el tiempo de ocio en otras cosas que no sea la televisión o los videojuegos.
Además una de las ventajas que tiene es que la entrada es gratuita.
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